Visita La Fenice y la Exposición de María Callas.

Pensar en Venecia es pensar en el Gran Canal, los bellos palacios, Casanova, el Carnevale, la Biennale… pero a mí lo primero que me viene a la cabeza es María Callas interpretando Tristán e Isolda de Wagner en la Ópera de Venecia La Fenice, lo sé… soy un poco repipi…

Una de mis ilusiones al visitar Venecia, además de dar un paseo en Góndola, ver el Museo de Peggy Guggenheim y la Plaza San Marcos, era visitar el Teatro de La Fenice.

Entrada Teatro La Fenice Venecia

Un edificio con historia, por el que han pasado tantas estrellas y que tiene un nombre tan evocador como El resurgir de un Ave Fénix puesto que ha sobrevivido a las inundaciones y en dos ocasiones a las llamas del fuego, la última vez en 1996 que destruyó el teatro por completo, consiguiendo en 2003 de nuevo recuperar su antiguo esplendor.

Es uno de los teatros, junto a La Escala de Milán, considerado como uno de los bastiones de la lírica, donde se estrenaron operas tan reconocidas como Tancredi, I Capuleti e I Montecchi, Rigoletto, La Bohème o Medea, además de ser uno de los teatros más bellos del mundo.

Si llegamos en góndola al teatro, pasaremos por el puente que han bautizado con el nombre de La Divina María Callas. Una vez frente al teatro nos sorprende su exterior sobrio, su fachada neoclásica no revela lo que encontraremos en el interior del patio de butacas. Al entrar, nos recibe un vestíbulo de mármol rosado con unas inmensas columnas, que preceden una escalinata, que nos llevará a la parte superior donde están los palcos. Techos con molduras recubiertas de pintura dorada y carteles en homenaje y recuerdo a la gran María Callas nos reciben al entrar.

La Fenice de Venecia es un teatro compuesto por un atrio, el vestíbulo, la galería, la platea y cuatro niveles de palcos, así como un palco real, situado en el centro de entre la segunda y la tercera planta, que preside la sala. Es una suerte poder realizar una visita a La Fenice, tomar tu audio guía y sentarte en el interior del teatro para recrearte con su opulencia, donde los colores carmín, dorado y azul claro nos transportan a una ensoñación de un lujoso paraíso, y donde observamos la claridad de los colores, su armonía, su fuerza y a la vez su ligereza, tan difíciles de combinar.

En La Fenice se ha querido recrear una típica plaza italiana, su forma circular permite dar a los 174 palcos la privacidad para estar solo o cuchichear, como solía hacer la sociedad de la época. Es un espacio hermoso, notas una sensación de suntuosidad y candor al habitar la sala, los lujosos sillones de terciopelo rojo a juego con el poderoso telón, las balaustradas repletas de detalles y molduras en oro con pinturas de querubines, flecos dorados, espejos y candelabros, que se erigen hacia el techo, donde los palcos envuelven el triunfo de Apolo rodeado por un coro de Musas de estilo barroco clásico, destacando el azul del cielo y la imponente lámpara central.

Pero una de las cosas que más impresiona, es el Palco Real de estilo barroco repleto de espejos, que le otorgan de gran amplitud y profundidad al espacio que preside la sala y que tiene una visión privilegiada sobre el escenario, el resto de palcos y el patio de butacas.

La ópera y Venecia, recuerdan a María Callas y sus interpretaciones en la ciudad de los canales desde 1947 hasta 1954 en una genial exposición, donde observamos la importancia del teatro veneciano en la carrera de la soprano; que debutó con 24 años con Tristán e Isolda y le llegó el éxito cuando casualmente -por indisposición- sustituyó a su colega Margarita Carosio, consiguiendo el papel de Elvira en I Puruitani de Bellini. Gracias a este papel, la crítica se rindió a sus pies, debido a su versatilidad, agilidad y potencialidad como soprano dramática, iniciando así un gran éxito internacional.

Estar en La Fenice es irremediablemente, pensar en los venecianos ataviados con sus joyas y sus mejores vestimentas socializando en el hall de entrada antes de uno de los espectáculos, o pensar en el Concierto de Año Nuevo -que la Rai televisa desde el teatro para todo el mundo- donde podemos deleitarnos con un pedacito de Venecia y del encanto de la acústica de este maravilloso lugar, a través del televisor.

Recorrer los pasillos y Salas Apollinee del Gran Teatro La Fenice, donde la nobleza se reunía tras los espectáculos, subir a la tercera planta y disfrutar la Exposición permanente de María Callas -que se inició para conmemorar el 40 aniversario de la soprano- pasear entre los recuerdos de la vida de La Divina, imágenes y carteles de sus óperas en Venecia como, Tristán e Isolda, Turandot, La Walkiria, I Puritani, Norma, La Traviata, Lucia Di Lammermoor que abarcan años de lucimiento operístico, donde La Fenice y la artista brillaban ininterrumpidamente.

En definitiva, cumplir uno de tus sueños, visitar un espacio tan sensacional y bello con tanta historia y significado ha sido increíble. Tú también puedes hacer visitar el Gran Teatro La Fenice de Venecia, para ver esta joya de la arquitectura, todo un símbolo de la música clásica y de la ópera, sólo tienes que comprar la entrada al Teatro La Fenice con opción de audioguía –unos 11€ por persona, entrada reducida 7€- e ir a tu aire recorriendo el edificio y maravillandote en él.

¡Visita la bella Ópera La Fenice en Venecia y disfruta de la Exposición de la inmortal María Callas!

Un recuerdo que no olvidarás…

 

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