Descubre a Vivian Maier la fotografa niñera.
Vivian Maier es una de las fotógrafas más influyentes de nuestro tiempo, aunque vivió la mayor parte de su vida en el anonimato.
Trabajaba como niñera y fotografiaba la vida de manera compulsiva escudándose en su traje de empleada de hogar. Estuvo con distintas familias y cambió de hogar a menudo llevando siempre consigo decenas de maletas repletas de negativos fotográficos. Unas maletas cuyos empleadores desconocían el contenido, ni tan siquiera conocían que fuera buena fotógrafa, eso sí, la recordaban siempre con una cámara de fotos colgada al cuello.
Esta alma errante de mirada sincera y transparente, escondía tras su disfraz de Mery Poppins a una artista con un talento de excepción. Vivian no vendió nunca su arte, para ella fotografiar la vida cotidiana era su forma de sentirse viva. Tras su muerte su obra sale a la luz para quedar en los anales de la historia. Hoy en día es una de las máximas exponentes de la fotografía.
Vivian Maier: Biografía
Aunque su vida es un misterio, lo que sí sabemos es que nació el 1 de febrero de 1926 en Nueva York, vivió gran parte de su juventud en Francia, era hija de padre austríaco y madre francesa. En 1930 su padre las abandonó y su madre empezó a trabajar como enfermera privada para la familia de la fotógrafa surrealista Jeanne J. Bertrand, quien pudo influir en la pasión de Vivian por la fotografía.
A los 25 años se mudó a Nueva York y empezó a trabajar como niñera, labor que realizaría toda su vida. Ejercer este tipo de trabajo permitía a Vivian pasar el máximo tiempo posible en la calle tomando fotografías.
A los 26 años logró comprarse una Rolleiflex, una de las cámaras de fotos fabricadas por la empresa alemana Rollei, famosas por ser una réflex de objetivos gemelos de formato medio. Esta sería la cámara de Vivian Maier, con la que tomó la mayor parte de sus fotografías hasta 1965, momento en el que se hace con una Leica e inicia su andadura en color.
Con 30 años se trasladó a vivir a Chicago donde trabajó de niñera hasta los años 90, pero a los 33 decidió hacer el gran viaje de su vida, 8 meses en los que visitó y retrató Egipto, Tailandia, Taiwán, Vietnam, Francia, Italia e Indonesia.
Dicen quienes la conocieron que era una persona peculiar, que vestía de modo diferente al de las mujeres de la época, un poco más masculina, con botas militares, grandes camisas y sombreros de ala ancha, igualmente llamaban la atención su acento y sus rudos andares. También era llamativo la cantidad de maletas con las que viajaba –llevaba toda su vida a cuestas- acumuló objetos, negativos y periódicos, llegando a padecer síndrome de Diógenes.
Trabajadora incansable estuvo en activo hasta un poco más allá de los 60 años, donde pasó de cuidar niños a cuidar enfermos. Vivió con las familias con las que trabajaba, hasta que su salud mental se deterioró y tuvo que dejar de trabajar. Tres de los niños que cuidó se encargaron de pagar el alquiler de su pequeño apartamento.
Sus pertenencias, que había depositado en un trastero -por no tener domicilio propio habitual- fueron subastadas, al no poder hacer frente al mantenimiento de estas.
¿Cuándo murió Vivian Mayer? En las Navidades de 2008 tras sufrir un resbalón en la calle fue hospitalizada, apenas recuperada y demasiado débil para volver a su pequeño apartamento, la trasladaron a una residencia donde falleció el 21 de abril de 2009.
¿Qué fotografiaba Vivian Maier?
La fotografía de Vivian Maier se centraba en la vida, los pequeños momentos y las costumbres de las familias con las que convivía, celebraciones, cumpleaños… o a las gentes, paisajes, arquitectura, calles y objetos con los que se cruzaba en sus salidas al parque o paseos de fin de semana.
Meyer siempre elegía muy bien y a conciencia a los sujetos y elementos fotográficos escogidos. Mujeres bien vestidas, ancianos, niños, indigentes y tullidos…. Uno de sus personajes recurrentes era ella misma, gracias a los autorretratos que Vivian Maier se realizaba hoy conocemos su físico, su ropa… ahondando más todavía en su misterio en lugar de esclarecerlo. Observamos una clara obsesión por descubrir quién era ella misma, ayudándose de reflejos y elementos con los que realiza fabulosas composiciones a las que incorporar su figura.
En las fotografías que tomaba se notaba que le constaba cada disparo y cuidaba al máximo cada toma, sabía calcular la cantidad de luz y ajustar los parámetros de exposición a simple vista, la mayor parte de sus fotografías están en foco y la gran mayoría están perfectamente nítidas. Tenía un nivel de fotografía poco habitual para una aficionada, sus fotografías son todo un ejemplo de composición, humanidad, formas cuidadas, impactos visuales y geometría… Dominó el blanco y negro, donde se sentía cómoda, aunque también fotografió en color con acierto.
Maier tenía curiosidad por la vida cotidiana, fotografiaba lo que veía, con interés por las pequeñas cosas del día a día, un pequeño gesto, un detalle, una actitud… así como rasgos de ciertas personas que llamaban su atención, haciendo una clara separación en sus retratos entre las personas de clase alta y las de clase baja. Podríamos decir, que las fotografías de la niñera, son el resultado de una manera de observar la vida discreta y silenciosa.
La obra de Vivian Maier
No se sabe cómo aprendió a fotografiar, su formación -si la tuvo- es todo un misterio. Lo que sí se sabe, es que fotografiaba de forma impulsiva y que a lo largo de su vida recopiló más de 100.000 imágenes, aunque pocas fueron positivadas, es de suponer que por falta de recursos económicos.
Sus autorretratos y sus fotografías de calle son sus fotos más conocidas, la niñera tomaba imágenes de una ciudad que vivía un profundo cambio tras la postguerra.
La obra de Maier ha sido comparada a la de Robert Frank, Helen Levitt, Lee Friedlanger o Diane Arbus, siendo un compendio de la mejor fotografía americana del Siglo XX pero con una mirada afilada, propia y original que la hace inclasificable.
Según The Guardian«Su obra fotográfica se plantea como una fascinante ventana a la vida cotidiana en los espacios públicos de la segunda mitad del sigloXX”.
A través de sus fotografías desciframos que Maier, era una mujer inteligente, sagaz, controlada, sólida, muy observadora, perseverante y con un gran sentido del humor. Aunque también somos capaces de percibir el punto de aislamiento y soledad de la autora, que da lugar a una de los legados más prolíficos y bellos de la América de la época.
En el MOMA de Nueva York, la cuna de la fotografía, tuvo lugar su primera exposición póstuma llamada “Family of a man”, exhibición que ha día de hoy es considerada como la más importante de la historia de la fotografía, y que batió todos los records de visita.
¿Quien descubrió a Vivian Maier?
En 2007 John Maloof, un joven de 29 años aficionado a la fotografía, que desde niño acudía a subastas y mercadillos, andaba buscando fotos de Michigan para un trabajo que estaba realizando. Fue casualidad que comprase las maletas con los más de 10.000 negativos de Vivian Maier en Sita una casa de subastas situada frente a su casa.
Al descubrir las hermosas fotografías de los negativos buscó el nombre de su autora en internet sin encontrar resultado alguno. Empezó a digitalizar sus fotografías y a encontrarlas cada vez más y más maravillosas; Escenas de calle de Nueva York y Chicago de asombrosa potencia, décadas enteras de vida urbana inmortalizadas y narradas de forma equilibrada y verdadera.
Maloof empezó a buscar a Maier, contactó con algunos museos para que le ayudaran sin obtener respuesta, compartió algunas de las fotografías de la niñera en internet donde muchos amantes de la fotografía, confirmaban la gran calidad y estilo de estas, pero nada, la única información que pudo obtener la consiguió en Sita, donde le contaron que los negativos pertenecían a una anciana enferma.
Un par de años después seguía sin conseguir encontrar a la misteriosa fotógrafa, hasta que en 2009 volvió a buscarla en internet, obteniendo esta vez resultado; encontró su obituario, acababa de fallecer, la Vivian murió antes de ser localizada.
Entonces el joven John empezó a vender algunos negativos en eBay a bajo precio, siendo uno de los compradores Allan Sekula, fotógrafo, crítico y académico, que pidió al joven que no vendiera más negativos para que la colección no se dispersase.
Maloof necesitaba saber más de ella, así que empezó a investigar, quería saber dónde vivió, si tenía familiares o amigos que le pudiesen contar más cosas sobre ella… encontró algunas direcciones entre los negativos, entre ellas la ubicación del estudio fotográfico donde relevaba algunas de sus fotos. El joven logró descubrir que la autora de las sensacionales imágenes no era una periodista, ni una fotógrafa profesional, sino que aquella mujer de gran talento en su narrativa visual era una niñera.
Gracias a la curiosidad de este joven que creyó en la fuerza y la importancia de la obra de Meyer, la artista ha sido reconocida de manera póstuma y su obra mostrada al mundo.
A día de hoy, el nombre de Vivian Maier está incluido en todos los libros de historia de la fotografía, como uno de los máximos exponentes de la fotografía urbana. Con cientos de exposiciones por todo el mundo, varios libros de Vivian Maier de fotografía como “Vivian Maier-Street Photographer”, “Vivian Maier – A Photographer Found”, “Vivian Mayer-The Color Work”, “Vivian Mayer-Out of the shadows”, “Vivian Mayer-Self Portraits”… y dispone de su propio documental en el que se recogen algunas entrevistas al dueño de los laboratorios donde revelaba sus negativos, algunos de los niños que cuidó, las familias que la contrataron y algún familiar que aunque no sabía que fotografiaba tan bien siempre la recuerda con una cámara de fotos al cuello. Si te estás preguntando dónde ver “Finding Vivian Maier” –Descubriendo a Vivian Maier- el documental escrito y dirigido por John Maloof y Charlie Siskel. Te diré que es complicado, ha estado en las plataformas de Filmin, Netflix y Prime, pero ahora está descatalogado, si estás interesado en verlo déjame un comentario en este post.
La obra de Vivian es cautivadora de inicio a fin y estaba destinada a conocerse, a pasar a los anales de la historia. Y todo gracias a un cúmulo de coincidencias, tales como que Maloof comprase las maletas y a que Allan Sekula entrara en escena para rescatar unos negativos que se habrían vendido de 5 a 12 dólares en internet. Gracias a este rescate podemos hoy disfrutar del legado de esta particular Mery Poppins.
¿Conocías esta historia? ¿Qué te ha parecido la obra de Vivian?
Te leo.
Gracias por difundir a Vivían Maier, extraordinaria persona y artista. Me encanta su obra. Saludos cordiales!
Gracias a ti José Antonio, por leerme y disfrutar de la fotografía y obra de Vivian Maier tanto como lo hago yo.
Compartimos pasión, a mí también me encantan sus fotografías, tienen una sensibilidad especial.
Saludos de vuelta ; )