¿Qué es el movimiento Slow Food?

Seguramente conozcas el término de Fast Food, qué significa comida rápida, pues el Slow Food es el término contrario a este y significa comida lenta.

Hoy en día llevamos un ritmo frenético de vida, tanto en el ambiente laboral, como social y privado, carecemos de tiempo en nuestra vida cotidiana. Por ello, cada vez dedicamos menos tiempo a muchas de las labores diarias, aún a riesgo de perder en calidad, deleite y placer. Justamente para combatir ese tipo de comportamientos, en los que nos obsesionarnos por hacer las cosas lo más rápido posible, nace el movimiento Slow Food.

Con anterioridad creía, que hacer las cosas rápidamente era ser más productivo, pero no me daba cuenta, de que con ese comportamiento me perdía a mí misma y perdía, al mismo tiempo, calidad de vida y de disfrute. Si ya lo decían nuestras abuelas… –“Vísteme despacio que tengo prisa”-. De hecho, el caracol es el símbolo del Slow Food, emblema de la lentitud.

Alimentación Consciente

Slow Food Significado

Seguramente todavía te estarás preguntando -“¿Qué es el Slow Food?”- Llamamos Slow Food al nombramiento de un movimiento internacional que se opone a la estandarización y prefabricación del gusto en la gastronomía y promueve la difusión de una nueva filosofía más hedonista, que combina placer y conocimientos a la hora de alimentarse.

La alimentación slow implica comer con atención y consciencia, valorando la calidad, teniendo en cuenta el origen y procedencia de las materias primas, así como su forma de cocinarlas.

La filosofía del Slow Food aconseja comer despacio, disfrutar de la comida sana, hacer la compra en mercados locales, conocer a los agricultores y el origen de los productos, preparar comidas caseras, sentarse a la mesa en familia o con amigos y sin el tv… es decir, alimentarse con cuidado y mimo, valorando la calidad, la procedencia y el modo de cocinar. Para así lograr aumentar nuestra felicidad y autoderminación.

Filosofía Slow Food

Slow Food Fundación

El concepto del Slow Food nace en Italia en 1980, cuando Carlo Petrini funda junto a un grupo de activistas una organización global, sin ánimo de lucro, cuyo objetivo inicial era defender las tradiciones regionales, la buena alimentación, el placer gastronómico, así como un ritmo de vida lento.

Uno de los detonantes de la creación del Slow Food fue la manifestación, que tuvo lugar en Roma, en el que iba a ser un emplazamiento de McDonald’s, justo frente a la Plaza de España. Como protesta al Fast Food, se creó esta asociación para promover el placer de comer despacio, con productos naturales, con recetas locales y para el deleite de los sentidos sin prisa alguna. Tras esta manifestación nación el germen del movimiento Slow Food.

Movimiento que se funda oficialmente en 1989 en París firmándose el manifiesto Slow Food. Este manifiesto se creó para proteger, ayudar, cuidar y prevenir la desaparición de culturas y tradiciones alimentarias locales, así como para hacer frente a los ritmos de vida acelerados y al desinterés sobre los alimentos que se consumen, su procedencia y la forma en la que nuestras decisiones alimentarias afectan a nuestra salud y al planeta.

Recetas Slow Food

Movimiento Slow Food

Con el paso de los años este movimiento ha evolucionado a una visión global sobre alimentación, reconociendo las conexiones existentes, entre los alimentos, las personas, el planeta, la cultura y la política. Además esta asociación colabora con la única universidad del mundo que centra su docencia en las ciencias gastronómicas, la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo en Italia.

Hoy este movimiento se encuentra presente en más de 160 países, mediante delegaciones propias perfectamente organizadas, que celebran numerosos eventos y trabajan para que todo el mundo pueda acceder a una alimentación buena -para las personas, para quienes la producen y para el planeta- sana, saludable, limpia -que no perjudique al medioambiente, al bienestar animal o a la salud humana – y justa, es decir, con precios accesibles para los consumidores y justa remuneración para los productores.

Esta organización intenta que seamos más conscientes, haciéndonos saber que con la toma de decisiones acerca del consumo de alimentos, podemos ejercer una influencia como grupo sobre la forma en la que estos se cultivan, se producen y se distribuyen, pudiendo generar un gran cambio. E invita a todo el mundo a convertirse en un consumidor responsable, primero desacelerando el ritmo de vida y segundo haciéndote despertar los sentidos para disfrutar con conciencia de la calidad de la comida, escogiendo alimentos creados en armonía con el medio ambiente y con las culturas locales.

Esta organización reconocida por la FAO, ha ido creciendo y ampliando sus objetivos con el paso del tiempo, implicándose cada vez en mayor medida en temas de concienciación social, promoviendo el uso de alimentos ecológicos, defendiendo la biodiversidad, el consumo sostenible y responsable, así como protegiendo el patrimonio alimentario y la cultura gastronómica de cada país.

Como puedes ver, el movimiento Slow Food va más allá del simple disfrute por la comida. También promueve a los productores, procesadores, comerciantes y gastrónomos que trabajan para comercializar alimentos dentro de las bases slow, ayudando a dar continuidad a ciertos alimentos en peligro de extinción, elaborados de forma artesanal y sostenible y que están vinculados a un zona o cultura local concreta.

Slow Food

Slow Food Características

Este movimiento iniciado por Petrini en Italia, tiene numerosos adeptos, si quieres ser uno de ellos e iniciarte en una actitud slow a la hora de comer y vivir, sigue estos sencillos pasos que te ayudarán a conseguirlo.

Claves para unirte al movimiento Slow Food:

  • Trata de desacelerar tu ritmo de vida.
  • Compra ingredientes sencillos, cocínalos y cómetelos.
  • Evita la comida procesada, come comida real.
  • Cultiva tus propios alimentos.
  • Conoce la historia que hay detrás de los alimentos que compras.
  • Compra alimentos locales y de temporada.
  • Compra alimentos justos, con precios justos para el consumidor y también beneficios económicos para los productores.
  • Compra alimentos limpios, que no perjudiquen al medioambiente, al bienestar animal o a la salud humana.
  • Cocina los alimentos, mediante técnicas que les permitan conservar todo su sabor, calidad y nutrientes, como el cocinado al vapor o los zumos y batidos.
  • Apuesta por la recuperación de productos y sabores tradicionales.
  • Cocina y come con otras personas, invita a personas con nuevas perspectivas a la mesa.
  • Únete a un huerto comunitario y cultiva tus alimentos en compañía.
  • Come sin televisión y apuesta por una buena conversación o por simplemente degustar con calma tu plato.
  • Conoce a los productores que cultivan tu comida.
  • Compra en los mercados de agricultores.
  • Visita las granjas y apoya programas de agricultura sostenida por la comunidad.
  • Infórmate sobre la historia de la alimentación local y regional y sobre los platos tradicionales y su cultura.
  • Contacta con la sección Slow Food de tu zona.

¿Conocías este movimiento?
¿Te animas a sumarte a la comunidad slow?
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