Sylvia Plath la escritora confesional.
Quedamos en vernos en Sarita’s, un salón de té estilo años 50 situado en primera línea de playa. La decoración es pulcra y alegre, destacando las mesas de mármol blanco, el brillo dorado de las lámparas Sputnik y los sofacitos de color coral, que contrastan con el azul del mar. He citado a Sylvia Plath en Benidorm, para rememorar el verano que la escritora pasó en esta localidad Alicantina; cuya belleza del lugar y su recuerdo, acompañarían durante toda su vida.
Sylvia Plath llega sonriente, con el cabello muy rubio y la piel tostada por el sol. Lleva un vestido blanco de lino muy favorecedor y unas sandalias. Intuyo que está contenta, me mira de soslayo y capto un pequeño chisporroteo en sus ojos. Nos saludamos dándonos la mano y tomamos asiento en uno de los sofacitos coral con vistas a la playa.
Me comenta, que está muy contenta de estar de nuevo en la ciudad donde pasó su luna de miel y uno de los mejores veranos de su vida, aunque a decir verdad, la encuentra muy cambiada, pero continúa amando su fantástico mar, su cálida temperatura y su magnífica luz.
Pedimos dos tés con hierbabuena y hielo, ella también pide un pedazo de tarta. Cuenta que una de sus grandes pasiones es hornear pasteles. Una vez servidas, comenzamos con la entrevista.
¿Sylvia cuando fuiste consciente de tu don para la escritura?
Desde pequeña me gustaba escribir, era un juego para mí, una forma de expresarme, el primer poema que me publicaron fue a la edad de 8 años. Más adelante cuando fui creciendo un poco más, fui consciente de que gracias a la escritura podía compartir mi visión sobre el mundo. Aunque creo que nunca lo he visto como un don, sino más bien como un medio de expresión, creo en el poder de la palabra.
“Nunca podré leer todos los libros que quiero; nunca podré ser toda la gente que quiero y vivir todas las vidas que quiero. Nunca podré entrenarme en todas las habilidades que quiero. ¿Y por qué quiero? Quiero vivir y sentir todos los matices, tonos y variaciones de la experiencia mental y física posible en mi vida. Estoy terriblemente limitada»
Fuiste siempre una joven con las ideas muy claras, ¿no es cierto?
Bueno digamos que con una madre como la mía y sin padre, empiezas a madurar muy pronto. Yo dejé de ser niña con 9 años cuando mi padre falleció y a partir de ahí, me di cuenta de que la vida no es todo felicidad, y de que tienes que ser muy consciente de cada paso que das, para lograr cumplir tus objetivos. En mi caso lograr ser una buena escritora y poetisa y vivir de ello. Por eso conseguí becas de estudios, hice prácticas en revistas, me presenté a concursos… digamos que hice todo lo que tenía que hacer para conseguirlo, los hombres en mi época lo tenían más fácil que las mujeres y a día de hoy sigue ocurriendo. Pero diré que se alinearon los astros, y se dio la combinación de suerte, determinación y talento, ayudándome a lograrlo.
Sé que es difícil, pero eres escritora y poetisa, de toda tu obra si tuvieras que elegir ¿con qué poemas te quedarías?
Es complicado responder a tu pregunta, es como elegir entre tus hijos, los quieres a todos por igual, aunque estos son diferentes y te han dado distintas satisfacciones.
Hubo un tiempo en que no sabía cuál era mi temática como poeta, “my subjet”, hay poetas que hablan sobre el amor, otros que hablan de la muerte, otros del paso del tiempo… y yo me preguntaba cuál era mi temática, hasta que me di cuenta que mi temática era yo misma. Siempre ha sido así, siempre he hablado de mi, de mis sentimientos, de mis percepciones, de mi manera de ver las cosas… es por eso que me resulta tan difícil elegir, porque todos forman parte de mi, de un momento determinado de mi vida. Aunque te diré que de entre mis libros de poemas como son Ariel, El Coloso, Soy vertical pero preferiría ser horizontal, Árboles en Invierno… creo que me quedaría con Papi hubo un antes y un después en mi carrera debido a este poema, también destacaría Los tulipanes y Lady Lazarus por el momento tan delicado que yo atravesaba cuando los escribí, pero como te he comentado, me resulta complicado elegir.
«Si no esperas nada de alguien nunca te sentirás decepcionada”
“La campana de cristal” de Silvia Plath es una novela digamos “casi” autobiográfica, que ha pasado a la historia como uno de los imprescindibles de la literatura moderna ¿Qué tiene de especial “The bell jar”?
Creo que en esta novela se rompe el mito de la mujer conformista de los años 50, que vive en una nube de felicidad y que su vida es un cuento de hadas donde el hombre es su salvador. En “La campana de cristal” vemos el machismo y el sexismo al que las mujeres nos veíamos sometidas diariamente y se cuestionan las normas, usos y costumbres establecidos para nosotras. También, se muestran los cambios políticos que sucedieron en esa época en cuanto a nociones de género e identidad sexual, costaba mucho salirse del curso establecido.
Es una novela confesional que muestra los valores conservadores del momento, las luchas internas, las emociones, los sentimientos, los pensamientos respecto a la salud mental, el suicidio, los traumas, la sexualidad y las depresiones, entre otros problemas personales, en este caso míos a través de mi alter ego en la novela Esther Greenwood y que podía representar el sentir de muchas mujeres de la época, e incluso con matices de la actualidad.
Aquí lo importante es que se logró alzar una voz, en un momento en el que a las mujeres aún les costaba hablar, puede que por ello se haya convertido en un clásico del feminismo.
También habría que destacar, aunque está feo que yo lo diga, la gran calidad estilística de la obra, que hace que su lectura sea comparable a un buen paseo.
Se te reconoce como la voz de una generación, se te ha comparado con autoras de la talla de Emilie Dickinson, Virginia Wolf, Mary Shelley… ¿Cómo te sientes al respecto?
Es un honor ser comparada con ellas, son las grandes pioneras del feminismo, sus escritos son deliciosos y oscuros, y muestran muy bien la vida de las mujeres de su época. Además, tanto ellas como yo, en algún momento de nuestra carrera hemos firmado nuestros escritos como pseudónimos, por miedo al rechazo o para salvaguardar nuestra identidad, protegernos y que no afectase a nuestras carreras o vidas.
Ser mujer escritora era mucho más complicado que ser hombre y escritor, por eso nuestras realidades como autoras son tan cercanas, porque estábamos condenadas a un trato desigual con respecto a los hombres.
“Tengo que admirar profundamente a alguien para valorarlo como amigo”
¿Durante años se ha hablado muchísimo sobre ti y sobre tu personalidad? ¿Crees que de manera acertada? ¿Quién es Sylvia Plath y cómo es realmente?
Me han puesto la etiqueta de poeta torturada y maldita, una poeta suicida, cosa que no es real, no sólo he sido eso.
He sido una joven risueña, extrovertida, organizada, segura de su talento, ambiciosa y apasionada, con una sensibilidad extrema y un don para expresar sus sentimientos de manera poética. Creo que soy irónica e ingeniosa y que ese ingenio brilla por encima de mi oscuridad. Digamos que no todo es oscuro, los claroscuros existen, mi personalidad es abrumadora y por ello cuesta formarse una idea completa.
Hay muchas cosas que nos son complicadas de comprender, dentro de mí han coexistido emociones, creencias y estados de ánimo contradictorios, ¿Puede alguien sentirse dichoso e infeliz a la vez?, pues sí, y eso es un reto para nuestra costumbre de etiquetar para entender.
¿Qué cosas le gusta hacer a Sylvia? ¿Qué es lo te hace sentir bien?
Una de mis pasiones es escribir, como todo el mundo ya sabe, pero también me encanta hornear, mis grandes poemas los escribí mientras horneaba pasteles de limón, manzana y de sopa de tomate, mi favorito.
También me apasiona el mar y tomar el sol tumbada en la arena. Siento una profunda obsesión por el color rojo, me encanta aplicarlo en mis labios, me hace sentir bien, sexy, poderosa y a la vez femenina, también es un color que suelo usar mucho en mi vestuario y complementos; aún recuerdo que el primer sueldo que gané con mis escritos, lo destiné a comprarme una manoletinas de piel rojas a conjunto con un cinturón y un bolso de Bloomindale’s.
Además disfruto mucho conversando con mi grupo de amigos poetas y pasando tiempo con mis hijos. Pero sobretodo lo que me calma y apacigua y lo que me complace sobremanera es un baño bien caliente, es como una terapia para mí. –En este punto de la conversación le comento que parecemos gemelas, que las dos adoramos el mar, los baños de agua caliente y el color rojo, aunque a mí no se me da tan bien cocinar como a ella, estallamos a reír.-
“Y por cierto todo en la vida se puede escribir si tenéis las agallas para hacerlo y la imaginación para improvisar. El peor enemigo de la creatividad es la duda”
¿Cómo definiría su estilo a la hora de vestir?
Mi estilo de vestir digamos siempre ha sido lo que ahora se llama estilo “Preppy” vestidos de corte evasé o rectos, pantalones y blusas con bonitos cuellos, bailarinas, pañuelos en el pelo, cardigans y rebecas de punto… aunque en mi interior era un alma torturada nunca lo reflejé en mi exterior, mi vestuario siempre fue perfecto y acorde con los cánones de moda imperantes en la época, creo que en el fondo me escudaba en la moda para aparentar normalidad y equilibrio mental, la moda era mi tapadera, escondía mis verdaderos sentimientos.
¿Cómo te sientes ahora al ver el éxito y la influencia que tu obra ha tenido?
Me siento muy bien, estoy encantada con que me dieran el Premio Pulitzer a título póstumo por “The Collected Poems” aunque me hubiese encantado recogerlo en vida; me hubiera puesto un bonito vestido rojo y lo hubiera celebrado por todo lo alto, ya que es un honor recibirlo como escritora y como mujer. Aunque los premios no han sido nunca mi finalidad a la hora de escribir, mi actitud hacia los versos siempre ha sido la de una artesana, recibir este premio me hubiera permitido vivir mejor como autora y tener más tiempo para dedicarle a mi pasión.
Pero premios aparte, me honra mucho ver que millones de mujeres han visto en mi una voz y se han identificado conmigo en las alegrías y en la pesadumbre, creo que parte de ese éxito es que yo he sido y me he mostrado como una mujer real, por eso han logrado conectar conmigo.
En definitiva, tengo que decir, que ser reconocida es maravilloso, pero escribir siempre ha sido una catarsis para mi, algo que a mí me hacía bien y en lo que yo sabía que destacaba.
“Le hablo a Dios pero el cielo está vacío”
¿Cómo ha sido compartir tu vida con la depresión? ¿Es cierto que muchos amigos y familiares tuyos ni tan siquiera sabían que padecías esta enfermedad?
Compartir tu vida con la depresión es un infierno, quien no lo ha vivido no lo podrá lograr entender nunca. Los conflictos internos van por dentro, por eso muchas veces no son visibles en la superficie.
Una persona con depresión consigue actuar y hacer como que no ocurre nada, para no alarmar a los de su alrededor o para tratar de controlar a su fiera interior, muchas veces la depresión se combate a base de sonrisas y yo siempre había sido muy sonriente.- Mientras comenta esto, su mano busca mi mano y la coloca entrelazada sobre mi rodilla, sujetándola con cariño y a la vez con firmeza.-
Es difícil hacerte esta pregunta y entendería si no la respondieras, pero creo que debo de hacerla porque muchos nos lo preguntamos, ¿Por qué decidiste poner fin a tu existencia con tan solo 30 años?
Cuando tu vida cae en las garras de las sombras se sufre mucho, muchísimo, tanto que solo quieres que ese dolor desaparezca. Estás tan desesperado que no puedes más, la vida no tiene sentido, toda tu visión está teñida de un profundo negro y no ves más allá.
A lo largo de mi vida, conseguí sobreponerme a la depresión en varias ocasiones, pero la sombra de aquel tormento y el miedo a tener que enfrentarme de nuevo a ello ya no desapareció nunca.
Poco antes de mi muerte, mi depresión se acentuó tras la separación de mi marido el también poeta Ted Hughes con el que tuve una digamos “complicada” relación, lo que hoy se tildaría como una relación tóxica. Anteriormente había tenido otros dos intentos de suicidio, donde tuve que asumir el gran y terrible regalo de renacer, pero digamos que a la tercera fue la vencida, logré terminar con todo eso, porque nada lograba calmar mi dolor, me pesaba estar viva.
Te diré que yo era una persona alegre, pero el mundo en el que vivía en aquel momento, no me ofrecía la misma alegría que yo le había otorgado a él. –Suelta mi mano y mira al horizonte, con la mirada fija en el intenso azul del mar durante unos segundos.-
“Quizá no llegue nunca a ser feliz pero esta noche estoy contenta”
¿Crees que a día de hoy tu enfermedad habría sido tratada de un modo distinto?
Rotundamente sí, la medicina ha evolucionado mucho, aunque la salud mental sigue siendo un tema tabú en la sociedad actual.
A día de hoy mi trastorno bipolar, también llamado depresión maníaca hubiera sido tratado de manera efectiva; me hubiera ahorrado el ingreso en una institución mental y los brutales tratamientos con electroshock.
La psiquiatría ha cambiado, de hecho, una depresión a largo plazo, se debe principalmente a un desequilibrio químico del cerebro, simplemente se le tiene que dar al cerebro aquello de lo que carece, con un tratamiento adecuado y una correcta combinación de medicamentos. Mucho más sencillo todo, dónde va a parar. –Sonríe y le da un pausado sorbo a su té.-
¿Qué sientes al estar de nuevo en Benidorm?
La ciudad está muy cambiada, cuando yo la conocí era más auténtica, más pura, natural, exótica y básica. Mi estancia aquí fue increíble, me sentí muy integrada en Benidorm y viví las 5 mejores semanas de mi vida.
Agradecimiento es lo único que siento, agradecimiento de poder volver al lugar donde fui tan feliz y del que tengo tan buenos recuerdos. Gracias de corazón por invitarme a realizar la entrevista aquí. –Dice con la voz levemente emocionada.-
“No es fácil expresar lo que has cambiado. Si ahora estoy viva entonces muerta he estado”
¿Qué es lo más bonito que han dicho nunca de ti?
Que soy una de las grandes escritoras de la historia y que mis palabras son increíbles, personales, emotivas, valientes y sobretodo honestas y llenas de fuerza. Eso me llena el alma.
¿De qué se arrepiente a día de hoy Sylvia Plath?
De usar el horno para otra cosa que no fuese hornear pasteles. – Muestra su cálida sonrisa- de no haber visto crecer a mis hijos y de darle tanta importancia al desamor.
Comenta, visiblemente emocionada, que seguramente habría hecho las cosas de otra manera, pero ya no hay marcha atrás.
Pausadamente termina su trozo de pastel y su té, me mira directamente a los ojos y se despide de con una fuerte abrazo y su eterna sonrisa. Veo que se dirige a la playa, la veo pasear por la orilla con sus pies hundiéndose en la arena acariciados por las olas del mar.