Norma Miller, la Reina del Swing, una Vida de Leyenda
Norma Miller es conocida por todos como la “Reina del Swing”, bailarina mítica de Jazz, Swing y Lindy Hop con un estilo propio muy personal, el cual a día de hoy todavía miles de bailarines del mundo entero intentan emular.
Miller era una bailarina única, disponía de técnica, un gran sentido del ritmo, inventiva… al bailar era un auténtico volcán en erupción, escupía fuego, rabia, coraje y verdad; además de tener una personalidad arrolladora que demostraba al bailar, un carácter fuerte y un gran sentido del humor.
Políticamente incorrecta, con un poco de mala leche y una lengua viperina, Norma Miller ha sido todo un ejemplo de superación. Una mujer negra de origen humilde que triunfó en una sociedad misógina y racista, consiguiendo hacer realidad su sueño de ser bailarina profesional.
Norma vivió y formó parte de los momentos históricos que sucedieron en Nueva York en plena época dorada del Swing. Además, jugó junto a sus compañeros bailarines un papel importante en la integración racial.
Bailarina, coreógrafa, empresaria… Norma Miller ha tenido una gran influencia en la globalización de la cultura Jazz de EEUU teniendo un papel destacado, por ello fue honrada con el premio National Endowments of Arts por su papel en la creación y la preservación del estilo de baile acrobático swing, conocido por todos como Lindy Hop.
Quién es Norma Miller
Norma Adele Miller nació en 1919 en Nueva York, hija de una inmigrante Caribeña y de un estibador del puerto de Brooklyn al que no llegó a conocer. Creció y se crió en Harlem, donde residían multitud de afroamericanos procedentes de los estados del sur y del Caribe.
Su vida estuvo marcada por la muerte de su padre poco antes de que ella naciera, por lo que su madre tuvo que trabajar muy duro para poder mantener a la familia y criar a sus hijas sola -lo que en aquella época y siendo mujer afroamericana no sería fácil-. Su madre trabajaba en todo lo que podía para sacar a su familia adelante, ya fuera limpiando, vendiendo u organizando fiestas de alquiler, donde Miller vio por primera vez los pasos de baile de Charlestón y desde entonces ya nunca dejó de bailar.
Junto con su hermana, su madre y su tía vivió justo en frente del Cotton Club, desde donde se escuchaba la música de Duke Ellington y su banda. Tiempo después, se trasladaron a vivir a un edificio situado justo en la parte de atrás de la mítica sala de baile Savoy; en su libro La Reina del Swing: Las memorias de Norma Miller la bailarina describe como desde bien pequeña, se sentaba en las escaleras de incendios del edificio, para escuchar la música que salía por las ventanas del Savoy, y que por el día se dirigía a la puerta de los clubs y teatros de Harlem, donde se dedicaba a copiar los pasos y ritmos de los bailarines profesionales de la época.
Fue a la edad de 12 años, bailando frente al Savoy, que un día llamó la atención de ”Twistmout” George, el cual la invitó a pasar a bailar con él en la pista de baile, siendo la primeva vez que ella entraba en la sala de baile Savoy.
Norma era una apasionada de la música y el baile, los domingos solía escaparse a bailar a las sesiones matinales del Renaissance Ballroom, donde conoce a Frankie Manning, otro icono del Lindy Hop.
Norma Miller y el Savoy Ballroom
Entre 1920 y 1935 Harlem experimentó una explosión social y artística, siendo el corazón de la vida social afroamericana; donde todas las artes convergían, junto a la política y la música… que vivió una transformación y evolución debido a la gran mezcla de inmigrantes afroamericanos provenientes del sur y del Caribe. Las bandas de música sureñas, las guitarras del Blues y el Ragtime se fusionaron creando una nueva música llamada Jazz.
Fue ahí cuando empezaron a surgir las discotecas, clubs de Jazz y salas de baile, donde el entretenimiento, la diversión, la música y el baile era lo principal. Destacando el famoso Cotton Club o la sala de baile Savoy.
El Savoy Ballroom era una famosa sala de baile de Harlem, conocida como “La casa de los pies felices” y considerada por los bailarines de Swing, Jazz y Tap su hogar, fue la primera sala de baile integrada de la historia.
Una sala de gran tamaño, mezcla de cabaret, club de cena, teatro, centro de baile social y sala de conciertos, creada con buen gusto y refinamiento, con un salón de baile de lujo, donde actuaban las mejores orquestas del momento como la de Benny Goodman o Chick Webb y donde se realizaban batallas de bandas y concursos de baile.
Una sala donde todos, ricos, pobres, negros y blancos iban a bailar y a divertirse. Donde los bailarines elaboraban y reinventaban bailes constantemente, creando modas de baile que salían desde el Savoy a todo el país, siendo el Savoy la cuna del Lindy Hop y éste su buque insignia.
Muy joven Norma gana un concurso de baile en el Teatro Apollo, donde se enfrentaba a las parejas de la sala Renaissance y las del Savoy, donde Herbert White encargado del Savoy y mánager de los mejores bailarines de la sala, se fija en ella y la invita a formar parte del grupo de bailarines de Lindy Hop “prefiero que bailes conmigo que contra mí”- le dijo- y ahí fue el inicio de la carrera profesional de Norma como bailarina. Que pasó a formar parte de los Whitey’s Lindy Hoppers junto a los mejores bailarines del Savoy, Frankie Manning, Leon James, Al Minns, Billy Ricker y Willa Mae Ricker, que ya formaban parte de este cuerpo de baile.
La reina de Swing
Norma participó en la primera edición del Harvest Moon Ball, un excepcional concurso de baile de Nueva York, en el que junto a su pareja de baile Billy Hill quedó ganadora en la modalidad de Lindy Hop. Este concurso dio a conocer mundialmente la modalidad de Lindy así como a los integrantes de Whitey’s Lindy Hoppers.
Debido al gran éxito de este estilo de música y baile la formación realizó una gira por Europa, actuando en Francia, Suiza y Reino Unido. A la vuelta de este Tour Norma, que contaba en esa época con tan solo 18 años, realizó otra gira por EEUU con un espectáculo protagonizado por Ethel Waters, por el que fueron contratados para participar en la película de los Hermanos Marx Un día en las carreras.
Los Whitey’s Lindy Hoppers era una formación variable, ya que no todos los integrantes del grupo participaban en todos los espectáculos, más bien era grupo versátil de bailarines que se llegaba a dividir en distintas formaciones para adaptarse a las peticiones de los diversos espectáculos en los que eran requeridos, eso sí, siempre bajo la supervisión de su mánager Herbert White, que les llegó a conseguir contratos para participar en grandes películas de Hollywood.
Norma Miller interviene en películas como Keep Punching o en Hellzapopping donde forma parte de la mítica escena de baile de la película. Participando junto a los reconocidos músicos Slim Galliard, Slam Steward y Rex Steward y bailando junto a Billie Ricker, William Downes y Frances Jones, Al Minns y Willa Mae Rickers, Ann Johnson y Frankie Manning.
En 1939 en la Exposición Universal con sede en Nueva York la sala de baile Savoy dispuso de un pabellón propio en el que los Whitey’s Lindy Hoppers, el grupo de baile del que formaba parte Norma eran las estrellas. Desde este pabellón se consiguió terminar de mostrar al mundo qué era aquello del Lindy Hop, un baile 100% americano nacido en Harlem.
En 1941 el grupo de baile se rompió, debido a la entrada de los EEUU en la I Guerra Mundial y al reclutamiento de la parte masculina del grupo. Momento en el que Norma aprovechó para explorar otras formas de baile y trabajar tanto como bailarina, como coreógrafa, en distintas compañías de baile hasta el final de la guerra.
Finalmente en 1952 formó su propia compañía The Norma Miller Dancers, con la que realizó giras con los más grandes del mundo del espectáculo. En los años 60, ya no era rentable viajar con un número tan grande de integrantes en la compañía, por lo que Norma toma la decisión de prescindir de las chicas, reconvirtiéndose en Norma Miller and Her Jazzmen junto a su antigua pareja de baile Billy Ricker y Charles “Chazz” Young hijo de Frankie Manning.
Tras la II Guerra Mundial, la época dorada del Swing termina y era complicado seguir bailando debido a las condiciones del momento, tanto musicales como económicas. Así pues, Norma se tuvo que reinventar de nuevo, fue gracias a su presencia en el escenario y a su humor e inteligencia, que consiguió hacerse un hueco como monologuista en el mundo de la comedia, junto al humorista Redd Foxx.
En los años 80, debido al resurgir del Lindy Hop demandado por el interés de las nuevas generaciones, tanto ella como Frankie Manning tuvieron una gran reaparición, como creadores de este estilo; volviendo a impartir clases, enseñar y a coregrafiar a una nueva generación de bailarines amantes del Swing.
De esta última época podemos encontrar, películas muy famosas como Malcom X, Rebeldes del Swing o la serie Stompin’ at the Savoy en las que trabajaron juntos de nuevo Frankie Manning y Norma Miller como coreógrafos.
Tanto Frankie Manning como Norma Miller apoyaron siempre la New York Swing Dance Society, que promocionaba y daba a conocer la cultura Swing y el Lindy Hop. Enseñando a bailar y transmitiendo los valores y el espíritu de este baile en cualquier lugar, como decía Norma “Harlem lo creó, pero el Lindy Hop pertenece al mundo”.
Como podéis ver Norma fue una mujer fascinante y polifacética con una personalidad arrolladora, que dedicó toda su vida al mundo del espectáculo. Su gran pasión fue el baile, la música y la cultura intrínseca en ella, una cultura que ella creó junto a sus compañeros afroamericanos.
Norma a dejado tras de sí un legado de amor, exigencia y pasión durante toda su vida, lo podemos observar en cada clase que impartía, en cada baile, en cada entrevista… hasta su muerte en 2019 a la edad de 99 años.
Nunca podremos olvidar a Norma Miller.
¡Larga vida a la reina del Swing!
¿Conocías a este icono del Lindy Hop?
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