Peggy Guggenheim, la amante de las vanguardias.

La góndola se abre paso hacia el Palacio Vernier dei leoni, a través del gran canal. Peggy Guggenheim, la gran mecenas y coleccionista del siglo XX nos recibe en su palacio. Con amabilidad nos guía hasta su comedor cubista, “son mis cuadros preferidos” -comenta señalando un Duchamp y un Picasso-. Su voz suena cálida, pausada, mezclando inglés e italiano, pero habla de forma muy directa consciente de su gran personalidad.

Peggy Guggenheim transportando un cuadro

¿Cómo alguien que no sabía nada de arte, consigue aunar una colección como la suya?

Mi interés se despertó con los maestros italianos del Renacimiento, no podía comprar las grandes obras del pasado, entonces pensé que debía proteger el arte de mi tiempo. Conocí a Marcel Duchamp, él fue quien me introdujo en el mundo del arte y me dio la posibilidad de tener una colección. Duchamp me mostró la diferencia entre abstracción y surrealismo. Más tarde en París, estaba iniciando la guerra, todos se disponían a huir y estaban dispuestos a vender cuadros, ¡me traían cuadros de madrugada, a la cama, o me perseguían por todo París! y me autoimpuse una única regla, no comprar más que un solo cuadro al día. Luego en Nueva York, cree mi propia galería e inicié el mecenazgo de ciertos artistas, como Polock, al que descubrí.

Ha sido una consumada viajera, ha vivido en París, Londres, Nueva York… ¿por qué finalmente ha escogido Venecia?

Me enamore de Venecia, cuando vine aquí por primera vez con mi primer marido en el 23 y desde entonces siempre pensaba en volver…Venecia es mi gran pasión, mi gran amor… la parte anterior de mi vida, no forma parte de mi, empiezo a vivir cuando vengo a Venecia. Esta es una ciudad surrealista en el sentido de evasión de la monotonía, la melancolía y la nostalgia.

Colección de arte de Peggy Guggenheim

¿Se considera un icono de la moda? ¿Cómo definiría su estilo?

No me considero un icono, si lo soy es de manera accidental, porque uno está obligado a utilizar prendas fantásticas en una maravillosa ciudad. Siempre he tenido un estilo bastante personal, de vanguardia diría, nunca he sido bella en términos convencionales.
No obstante, decidí gastar mi dinero en arte y no en moda, aunque ésta siempre me ha fascinado, he apadrinado a Fortuny, me gustan particularmente sus vestidos tableados de estilo Delphos y entre mi ropa favorita se encuentran un sari negro y dorado de Ken Scott, un vestido de celofán con el zíper al frente, de mi amiga Elsa Schiaparelli.

¿Qué significa la moda para usted?

La concibo como una forma de arte, una forma de expresión. Siempre me ha interesado la hibridación entre moda y arte, entre artistas y diseñadores. En 1942, en el acto de inauguración de mi galería de arte utilicé uno de mis pendientes de Tanguy y otro de Calder, con el objetivo de mostrar mi imparcialidad entre el arte surrealista y el abstracto. -Ríe, mientras se atusa el pelo y tintinean sus brazaletes-.

Museo Guggenheim Venecia

¿Quién es Peggy Guggenheim?

Soy una mujer sin complejos, franca y sincera. Una enamorada de las vanguardias, cuya misión en la vida ha sido la de proteger, ayudar y promover a los artistas que han revolucionado el arte de nuestro tiempo. Mi principal interés ha sido siempre, preocuparme por el saber y rodearme de personas que estimulasen mis ansias de conocimiento, en el arte encontré mi pasión y dediqué mi vida a ello, para mí el apellido es lo de menos.

¿Qué ve Peggy al mirar atrás?

Grandes amigos y colegas, como Duchamp, Beckett, Tangui, Brancusi, Coteau, Mondrian… miro atrás con inmensa alegría. Creo que he tenido una vida exitosa. Siempre he hecho lo que he querido y nunca me ha importado lo que los demás pensaran.

¿Liberación de la mujer?

Yo era una mujer liberada antes de que hubiera un nombre para eso.

 

Entrevista ficticia a la adicta al arte Peggy Guggenheim.

 

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