El Museo Cinema Paradiso en Palazzo Adriano.

Sicilia inspira y mucho y de esa fuente de inspiración ha bebido el cine durante años. Son muchas las películas rodadas en Sicilia que me gustan, Baaria, El Gatopardo, Malena, El Padrino, Stromboli, El cartero y Pablo Neruda, Cegados por el sol… pero sin duda hay una que me ha marcado profundamente, la oscarizada Cinema Paradiso.

A menudo aprovecho las vacaciones para visitar lugares que han servido como localizaciones de las películas de mi vida. Y estando de vacaciones en Sicilia no podía dejar de visitar los lugares que dieron vida a esta obra maestra del séptimo arte.

No recuerdo exactamente con qué edad vi Cinema Paradiso, pero recuerdo muy bien lo que yo sentía en la sala de cine, en una época en la que todavía no existía internet y no era tan sencillo viajar… el cine me abría una puerta a nuevos mundos, a otros lugares, a otras vidas… alentándome a soñar… por eso Nuovo Cinema Paradiso caló tan hondo dentro de mí, por mi amor por el cine y por ese sentimiento de sicilianidad, muy parecido en cierta manera al sentimiento de amor y arraigo a la tierra que se vive en el levante, un sentimiento a la vez muy mediterráneo.

La historia de Totó y Alfredo es una historia de amistad a través de los años, en la que se narra la historia de todo el pueblo siciliano, donde su director Giusseppe Tornatore trata temas universales como la falta de trabajo, la inmigración, el amor perdido, la muerte, la amistad y el poder de los sueños. Acompañado todo esto además, por la maravillosa música de Ennio Morricone en Cinema Paradiso.

La película tiene lugar en el pueblo siciliano de Giancaldo, un pueblo que no existe realmente, sino que son varias las localizaciones utilizadas para crear este imaginario pueblo, como Bagheria, Cefalú, Castelbuono… aunque el set principal se encontraba en Palazzo Adriano, un pequeño pueblo del interior de Sicilia, cuya plaza era donde estaba situado el cine en la película y donde a día de hoy, podemos encontrar el Museo Nuovo Cinema Paradiso.

En nuestro viaje a Sicilia, la idea era bordear la isla por la costa, empezar por Palermo su capital e ir bajando por su flanco derecho hasta bordearla completamente; 15 días en coche para conocer los entresijos de esta deslumbrante isla.

Al llegar a Sciaca, decidimos desviarnos al interior de la isla concretamente hacia los Montes Sicani, donde está ubicado Palazzo Adriano, el pueblo de Cinema Paradiso.

Un viaje por el interior, lleno de contrastes, que nos dio la oportunidad de ver la Sicilia más auténtica y menos turística.

Así pues, nos dirigimos hacia Palazzo Adriano en nuestro Fiat Panda de alquiler, siguiendo las indicaciones de GPS, conforme vamos ascendiendo observamos el cambio de paisaje, cuya vegetación poco a poco se va haciendo más frondosa y abundante, viñedos, chumberas… carreteras a ninguna parte salpicadas de casas señoriales tapiadas, nos muestran atisbos de lo que sucede en la isla.

Paramos en mitad de la carretera a estirar las piernas, ni un alma, estamos solos, disfrutamos, nos sentimos en una  road trip y estamos felices bajo el sol y la especial luz de Sicilia.

Tras el descanso, retomamos el trayecto, siguiendo el GPS nos metemos por una senda campo a través, estamos solos, en plena montaña, la carretera es de piedras y el camino se va complicando… intentamos continuar, pero un relámpago de lucidez nos hace desistir, decidimos no seguir al GPS, no vaya a ser que pinchemos… volvemos a la carretera principal por la que veníamos y escogemos recorrer el camino largo, el que rodea los montes y nos llevará a Palazzo Adriano, tras una hora más de trayecto.

Nos percatamos de que estamos en pleno corazón de Sicilia, atravesamos los pueblos de Corleone y Prizzi –¿te suenan estos nombres verdad?– Para finalmente, tras pasar un bonito puerto de montaña, llegar a Palazzo Adriano.

Justo a la entrada del pueblo, vemos un cartel que nos recuerda que la película de Cinema Paradiso se rodó allí y que fueron días geniales para los habitantes del pueblo, muchos de ellos convertidos en actores para la ocasión.

Aparcamos y empezamos a pasear por el Giancaldo de Cinema Paradiso, de pronto vemos la Plaza Umberto I, flashes de la película inundan mi mente. La plaza, la iglesia, la fuente…. todo casi como lo recordaba, aunque no está el cine, de hecho, nunca estuvo fue un decorado creado para la película.

Mientras buscamos el museo observamos el día a día en Palazzo Adriano, todo allí sucede con calma. Se nota que la mayoría de la gente trabaja en el campo, encontramos bastantes tractores a nuestro paso; es agosto y casi mediodía, hace mucho calor, los hombres entran en el bar de la plaza a tomar algo para refrescarse, nos dirigimos hacia allí, tal vez nos indiquen dónde está el museo.

Una vez dentro, me doy cuenta de que no hay ni una solo mujer en el bar, no hay duda de que yo soy la turista, intento entender lo que dicen pero me cuesta mucho, me siento como en la película Bienvenidos al sur, el acento es tan fuerte… Sicilia en estado puro.

Probamos en la panadería, una amable dependienta nos comenta que debemos ir al ayuntamiento, que ahí nos indicarán. Justo en la puerta del ayuntamiento hay unos señores, que al vernos mirar nos preguntan, les decimos que buscamos el Museo de Cinema Paradiso, sonríen. Resulta que hemos dado con el alcalde y un par de concejales, el alcalde indica que nos abran el museo y como es casi mediodía, nos hace el favor de dejarnos estar un ratito hasta que los funcionarios se vayan a comer a casa.

El funcionario encargado, tras buscar las llaves, nos abre la puerta del Museo de Nuovo Cinema Paradiso, que no es más que una sala, tipo salón de juntas, dentro del propio ayuntamiento. Una sala dividida en dos, por un lado, encontramos una sala de conferencias con piedras, cristales y restos, que parece destinada a la geología y por otro lado, una zona tematizada con imágenes y objetos de la película.

Aunque es un museo pequeño y humilde, tiene mucho encanto y desprende el cariño y agradecimiento del pueblo a esta hermosa película.

Al entrar en la estancia nuestra cara se ilumina, nos encontramos fotos del rodaje de la película, de los actores con la gente del pueblo, las imágenes de las escenas más míticas del film, fotografías del cine y su demolición, las auténticas butacas de Cinema Paradiso, la bicicleta de Alfredo, algo de vestuario y atrezzo, recortes de revistas y periódicos, los carteles de la película e incluso fotografías de la vuelta de Totó, ya adulto, a Palazzo Adriano para conmemorar el 15 aniversario de la película.

Un recorrido sorprendente y emocionante para una amante de la película como yo, además al entrar en el museo puse en mis cascos la B.S.O de Cinema Paradiso para acompañarme en el recorrido. Fue un momento único tan hermoso…

El funcionario nos interrumpe, es hora de cerrar, tenemos que salir del museo. Recorremos las calles del pueblo, vemos distintas indicaciones que nos señalan algunas de las casas que formaron parte de la película, como la perteneciente a Alfredo. Volvemos a la plaza, es hora de comer, nos sentamos en las escaleras de la iglesia, justo bajo la sombra que hace la fachada. Llevamos un pequeño picnic y acompañados por la música de Cinema Paradiso comemos, mientras recuerdo partes de la película que sucedían allí, como cuando Alfredo decide proyectar la película Los bomberos de Viggiù en una de las fachadas de las casas de la plaza, que da lugar al posterior incendio del cine.

Hace calor, son las más de las 4 de la tarde, no hay nadie, no dejo de mirar la fuente, la tengo justo delante, solo pienso en refrescarme y así lo hago; me monto un Dolce Vita en toda regla, realmente acabo de cumplir otro sueño.

Cinema Paradiso habla de los sueños, el cine nos hace soñar, el pequeño Totó consigue su sueño de ser director de cine y yo visitando Giancaldo he hecho realidad dos de mis sueños.

¡Así pues, no dejemos de soñar! Los viajes están hechos para cumplir sueños.

P.D: Te recomiendo esta visita si eres muy fan de la película y te hace especial ilusión conocer este escenario de cine.  Ahh, ¿Qué no conoces esta película? pues no sé a qué estás esperando, porque es simplemente deliciosa.