Binibeca el Pueblo más Instagrameable de Menorca.

Menorca es una isla que ha sabido mantener su sabor de antaño, su belleza y su tranquilidad, una isla que ofrece multitud de opciones a sus visitantes. Una de ellas, es visitar sus pintorescos pueblos, que presentan al viajero una visión slow y más genuina de la vida en la isla.

Uno de estos pueblos, que ha crecido en relevancia desde los últimos tiempos hasta ahora y que se ha puesto muy de moda su visita es Binibeca Vell.

Binibeca Vell

Binibeca el pueblo blanco, historia

Binibèquer Vell, también conocido como Binibeca ó Binibeca Vell, es una pequeña pedanía perteneciente al pueblo de San Luis, situada en la zona suroriental de Menorca a tan sólo 10 km de Mahón y 50 km de Ciudadela.

Sus edificios blancos encalados y sus serpenteantes callejuelas que desembocan en el mar, son el principal reclamo de esta urbanización nacida en los años 60, imitando la arquitectura de los típicos poblados de pescadores.

La historia de este poblado blanco inicia, cuando unos empresarios de la isla, atraídos por el boom del turismo en los años 60, deciden comprar una antigua marina sin valor y reconvertirla en una urbanización para el descanso y el disfrute del mar en total tranquilidad.

Estas 165 pequeñas casas blancas situadas al lado del mar son una pequeña joya a visitar en la Isla. Gracias a tres de sus características diferenciadoras, el blanco de sus paredes, su ubicación frente al mar y la singularidad de su arquitectura; Binibeca se convierte en un lugar ideal para pasar largas temporadas junto al mar, disfrutando del buen clima de la isla, de la calma y la tranquilidad.

La inspiración para la creación de esta urbanización, fueron los pueblos blancos de las islas griegas. Binibeca se crea como un pueblo de pescadores típico del Mediterráneo, tratando de atraer a intelectuales, escritores y pintores, ofreciéndoles un lugar idílico para inspirarse.

Calle de Binibeca
Poblado Binibeca
Casa en Binibeca

¿Cuándo visitar Binibeca Vell?

Binibeca se ha ido adaptando con el paso de los años a las exigencias turísticas del momento, pero sigue manteniendo intacto su encanto.

Te recomiendo visitarlo fuera de los meses estivales, ya que en junio, julio y agosto Binibeca sufre una romería de turistas que campan a sus anchas por el poblado ansiando la foto perfecta para su Instagram.

Si realmente lo que quieres es disfrutar de la calma y la atmósfera de serenidad del lugar que enamoró a sus compradores en los años 60, deberás visitarlo en meses como abril, mayo u octubre.

Actualmente la urbanización se puede visitar de 11:00h a 20:00h. Durante tu visita recuerda que Binibeca es una urbanización privada y que se ruega por el bien y la convivencia de todos que se respeten ciertas normas, como la limpieza del lugar, el silencio, la intimidad y el descanso de sus habitantes.

Binibeca Vell ¿Cómo llegar?

Toma la carretera principal que recorre la isla, la Me-1 que cruza la isla de Este a Oeste, hasta llegar a Mahón, luego enlaza con la Me-8 en dirección Sur hasta Sant Luís. Una vez pasado Sant Lluís tienes que seguir las indicaciones hacia Binibèquer Vell, atravesando las poblaciones de Ullastrar y Binialí hasta llegar al fin al destino, Binibeca.

Al principio del pueblo aparquemos el coche y bajaremos andando en dirección al paseo marítimo donde se encuentra el bello poblado blanco.

Poblado Binibeca
Binibeca menorca
Poblado Blanco Menorca
Pueblo de Pescadores Binibeca

¿Qué ver en Binibeca?

Binibeca es preciosa en sí misma y no necesita nada más. Simplemente pasea por sus calles, recorre a pie sus angostas callejuelas adoquinadas, piérdete, encuéntrate, sube y baja sus escaleras, hazte fotos en las fachadas de las casas encaladas, busca el campanario de su iglesia, cuenta sus buganvillas, sorpréndete con el color verde de sus puertas y ventanas, siéntate bajo uno de los árboles en la Plaza Mayor de Binibeca y disfruta de la calma y la belleza del lugar.

Después dirígete al mar y llega al paseo que rodea la urbanización por la costa, allí te toparás, justo encima de las rocas, con la belleza de la panorámica de Caló d’en Fust, y vislumbrarás las pequeñas embarcaciones que alegres saludan y dan la bienvenida a los turistas.

Eres libre de bajar al puerto y sentarte a admirar el mar desde una de sus plataformas, también si te apetece puedes darte un baño.

La Playa de Binibeca

En Binibeca Bell encontrarás simplemente el puerto y te podrás lanzar al agua desde alguna de sus rocas o plataformas, pero si lo que buscas en una playa al uso, tendrás que ir a Binibeca Playa ubicada en el centro urbano de Binibèquer Nou.

Si prefieres el formato cala, a menos de 15 minutos de allí en coche, podrás disfrutar de bonitas calas como Cala Bindalí, Caló Blanc, Cala Binisafúller, Cala Biniparratx, Cala Binisafúa o Es Ricó donde podrás disfrutar de sus maravillosas aguas turquesas.

Poblado Marinero Binibeca
Binibeca Menorca
Mirador Binibeca
Menorca

¿Dónde comer en Binibeca?

En el mismo poblado podrás disfrutar de bares y cafeterías en los que sentarte para descansar tras recorrerlo. Si el hambre empieza a apretar, te dejo algunas recomendaciones para matar el gusanillo y disfrutar de la cocina Menorquina.

Sa Musclera, uno de los imprescindibles de Binibèquer Vell, su especialidad son los mejillones, este restaurante ofrece una muy buena relación calidad precio y su cocina ofrece platos típicos de la isla.

Na Rosa, uno de los mejores restaurantes de Binibeca, aquí podrás disfrutar de los mejores productos típicos menorquines quesos, embutidos, salazones, patés, vinos… y unos deliciosos postres caseros.

Si no te importa coger de nuevo el coche ve a Bambú Menorca, situado muy cerca de Binibeca y uno de los lugares más de moda de la isla. Aquí podrás disfrutar de una excepcional puesta de sol mientras te tomas una deliciosa Pomada, también te puedes quedar a cenar, eso sí no olvides reservar con anterioridad.

Poblado Blanco de Binibeca
Menorca
Poblado Binibeca
Poblado Blanco Menorca

Reflexiones sobre Binibeca Vell y el turismo masivo

Visité este bonito enclave del Mediterráneo durante mis vacaciones estivales a principios de septiembre. Soy una enamorada de los pueblecitos blancos mediterráneos, Cadaqués, Santorini, Altea… no podía perderme el pueblo blanco de Menorca.

Había visto en Instagram numerosas fotografías del lugar y no quería por nada del mundo dejar de visitarlo.
Una de las cosas buenas de estar de vacaciones es que no existen los horarios, así que tras comer en Mahón nos dirigimos a Binibeca. Eran aproximadamente las 15:30h de la tarde, hora de descanso y siesta.

Lo que me encontré a mi llegada fue un poblado de postal con sus casitas encaladas, sus calles adoquinadas, sus plantas y flores… y una marabunta de personas ansiosas por conseguir la foto suprema de postureo para presumir en Instagram.

Pese a los muchos carteles de Silenci Per Favor, allí se gritaba, se corría, se subía a las casas, se ponían los pies en las paredes… todo valía en pos de la foto.

Me quedé horrorizada, a menudo no somos conscientes de lo que estamos haciendo, Binibeca Vell es una urbanización privada habitada. En ese momento teníamos la suerte de poder visitar el lugar y deberíamos de respetar la tranquilidad y rutina de las personas que ahí viven.

Al ver todo aquello no pude dejar de preguntarme, si a mí me gustaría estar viviendo allí. Obviamente la respuesta era no. Me encantaba el poblado, las casas, su espectacular enclave, pero debido a la fama que Instagram había dado al lugar, ya no era un remanso de paz y tranquilidad junto al mar, ahora era una atracción turística en la que los propietarios de las viviendas se veían atrapados.

Me dio mucha pena, ver un lugar tan bello, tan mal tratado. Deberíamos reflexionar y pensar mucho sobre las modas turísticas, sobre el valor de una foto y sobre el respeto a las personas que ahí viven y a un poblado concebido como un oasis en el Mediterráneo, que ahora se había convertido en una peregrinación de turistas, que campaban a sus anchas adueñándose sin el menor decoro del lugar.

Instagram está dando a conocer muchos lugares que antes no eran tan conocidos, yo misma estaba allí tratando de disfrutar de la belleza del lugar. Me dio la sensación de que éramos una plaga arrasando con todo, deberíamos comportarnos con más educación y delicadeza; ya que estábamos entrando en los domicilios de las personas, unas casas que se habían concebido como el paradigma del descanso y del relax, un lugar para inspirar e inspirarse y que ahora trae de cabeza a los residentes por la masificación y la apropiación de los Instagramers de sus calles y de sus casas.

Por ello, sólo te pido que si vas a visitar Binibeca, vayas a horas razonables, te comportes, no grites, no corras, no ensucies, respetes el lugar y no molestes a sus residentes, no hagamos feo un lugar único y precioso.
Gracias.

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